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Trastorno bipolar
¿Qué es el trastorno bipolar?
El trastorno bipolar, antes conocido como trastorno maníaco depresivo, es un trastorno cerebral que provoca cambios inusuales en el estado de ánimo, la energía y los niveles de actividad, lo que puede afectar significativamente a la vida diaria de una persona y a su capacidad para realizar las tareas cotidianas. Se describe como un trastorno del estado de ánimo porque afecta gravemente a las respuestas emocionales del individuo.
El trastorno bipolar se distingue por periodos de manía o hipomanía, en los que el individuo experimenta gran energía, un estado de ánimo elevado, dificultad para concentrarse, comportamiento impulsivo, se distrae con facilidad, está irritable, parece necesitar dormir poco o nada y, en algunas personas, incidencias de psicosis.
Estos períodos "altos" (maníacos) pueden intercalarse con episodios "bajos" (depresivos); los síntomas durante los períodos bajos son similares a los experimentados en el trastorno depresivo mayor, pero no siempre.
Los trastornos graves del estado de ánimo son la principal causa de suicidio en el Reino Unido. La tasa de mortalidad del trastorno bipolar es de dos a tres veces superior a la de la población general. Alrededor del 10-20% de los individuos con trastorno bipolar se quitan la vida, y casi un tercio de los pacientes realizan al menos un intento de suicidio.
Las personas con alcoholismo tienen más de seis veces más probabilidades de padecer trastorno bipolar que la población general. Cuando existe un doble diagnóstico de alcoholismo junto con otra afección psiquiátrica, se habla de comorbilidad o trastorno dual.
El alcoholismo (u otra enfermedad adictiva) suele dificultar el diagnóstico y el tratamiento de la segunda enfermedad psiquiátrica, porque los comportamientos y síntomas del alcoholismo enmascaran los síntomas de la otra enfermedad y pueden impedir que el cliente busque ayuda.
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Vivir con trastorno bipolar presenta numerosos retos que pueden afectar significativamente a la calidad de vida de una persona:
→ Inestabilidad emocional: Los cambios extremos del estado de ánimo, de subidas maníacas a bajadas depresivas, pueden ser abrumadores e impredecibles, lo que dificulta mantener el equilibrio emocional.
→ Impacto en las relaciones: Los cambios de humor pueden tensar las relaciones con la familia, los amigos y los compañeros. Durante las fases maníacas, los individuos pueden adoptar comportamientos arriesgados o impulsivos que pueden dañar las relaciones. Durante las fases depresivas, pueden retraerse y aislarse.
→ Dificultades laborales y financieras: Mantener un rendimiento constante en el trabajo puede ser un reto debido a la naturaleza impredecible de los cambios de humor. Los episodios maníacos pueden dar lugar a gastos imprudentes, mientras que los episodios depresivos pueden provocar absentismo y disminución de la productividad.
→ Abuso de sustancias: Algunas personas con trastorno bipolar recurren al alcohol o a las drogas para hacer frente a sus síntomas, lo que conduce a problemas de abuso de sustancias y adicción que complican su salud mental.
→ Riesgo de suicidio: Las personas con trastorno bipolar corren un mayor riesgo de suicidio. Las fases depresivas, en particular, pueden conducir a sentimientos de desesperanza y a pensamientos o comportamientos suicidas.
→ Alteraciones del sueño: Tanto los episodios maníacos como los depresivos pueden alterar los patrones normales de sueño, provocando insomnio o hipersomnia, lo que a su vez puede exacerbar los cambios de humor.
Algunos de los signos de manía o hipomanía incluyen:
→ Autoestima inflada o grandiosidad: sentirse en la cima del mundo, imaginarse conexiones especiales con personas que ocupan altos cargos o posiciones de poder, confianza exagerada en sí mismo.
→ Menor necesidad de dormir: acostarse tarde y levantarse muy temprano, sobrevivir durmiendo poco pero sintiéndose renovado.
→ Presión al hablar: prisa, incapacidad para pronunciar las palabras a tiempo, dificultad para interrumpir, alto y enfático, seguir hablando incluso cuando nadie está escuchando.
→ Vuelo de ideas: discurso acelerado, pensar en una cosa y luego en otra, discurso que se vuelve incoherente.
→ Distractibilidad: pasar de un proyecto a otro, no poder mantener la atención, distraerse con facilidad.
→ Episodios psicóticos: paranoia, amigos imaginarios, delirios, alucinaciones, deterioro de las actividades cotidianas.
→ Mayor implicación en actividades orientadas a objetivos: adicción al trabajo, comportamiento obsesivo.
→ Agitación psicomotriz: no puede estarse quieto, inquieto, se mueve de un lado a otro, tensión interna.
→ Participación excesiva en actividades placenteras con un alto potencial de consecuencias dolorosas: abuso de sustancias, actuación sexual (varias parejas en un corto periodo de tiempo), juego excesivo y borracheras de gasto.
Tratamiento residencial del trastorno bipolar.
El trastorno bipolar es una enfermedad compleja que requiere un tratamiento integral adaptado a las necesidades individuales. Para algunas personas con trastorno bipolar, los síntomas pueden ser graves y difíciles de tratar en régimen ambulatorio. En estos casos, la mejor opción puede ser un programa de tratamiento residencial.
Ibiza Calm es una clínica especializada en el tratamiento de la salud mental que ofrece un entorno estructurado y de apoyo a las personas que padecen trastorno bipolar, donde los clientes pueden recibir terapia intensiva y supervisión médica, así como apoyo entre iguales, lo que reduce la sensación de aislamiento y soledad.
La clínica proporciona un enfoque integral del tratamiento, abordando tanto los aspectos maníacos como depresivos del trastorno bipolar y capacitando a las personas para recuperar la estabilidad, aprender habilidades de afrontamiento y, en última instancia, llevar una vida plena. El equipo de Ibiza Calm está formado por profesionales sanitarios experimentados, incluidos médicos, enfermeras y terapeutas, que trabajan juntos para proporcionar el máximo nivel de atención y apoyo a cada paciente.
Los componentes clave del tratamiento residencial en Ibiza Calm incluyen:
Evaluación exhaustiva: En el momento de la admisión, las personas se someten a una evaluación exhaustiva para conocer la gravedad de su trastorno bipolar, las afecciones concurrentes y sus necesidades específicas. Esto ayuda a crear un plan de tratamiento personalizado.
Planes de tratamiento individualizados: La experiencia de cada persona con el trastorno bipolar es distinta, por lo que los planes de tratamiento se adaptan para abordar síntomas y retos específicos. Este enfoque personalizado aumenta la eficacia de la terapia.
Apoyo comunidad: Estar rodeado de compañeros que comprenden y comparten luchas similares crea un sentimiento de pertenencia y apoyo. Las sesiones de terapia de grupo ofrecen la oportunidad de aprender de los demás, compartir experiencias y desarrollar habilidades sociales.
Terapia intensiva individual: El tratamiento residencial incluye varias modalidades terapéuticas, como la terapia cognitivo-conductual (TCC), para ayudar a las personas a identificar y cambiar los patrones de pensamiento y los comportamientos negativos asociados a los episodios maníacos y depresivos; la terapia dialéctico-conductual (TDC), que se centra en el desarrollo de habilidades para gestionar las emociones y mejorar las relaciones.
Estimulación magnética transcraneal (EMT): La EMT es una forma de neuromodulación. Es un método no invasivo y no convulsivo de terapia de estimulación cerebral que ha demostrado su eficacia en el tratamiento de afecciones neurológicas y mentales como la depresión y el trastorno bipolar.
Planificación de la asistencia posterior: El éxito del tratamiento residencial incluye la preparación para la vida al salir de la clínica. Esto implica desarrollar estrategias de afrontamiento y planes de prevención de recaídas, así como el acceso a grupos de apoyo. Los clientes son presentados al grupo de terapia de postratamiento antes de abandonar el tratamiento, lo que les garantiza un apoyo continuo.
Técnicas de atención plena y enfoques holísticos: Enseñamos y fomentamos prácticas como la atención plena, la meditación, el yoga y la respiración profunda para promover la relajación y reducir el estrés. Incorporamos métodos holísticos como la arteterapia, la musicoterapia, el ejercicio físico y la orientación nutricional, para abordar la conexión mente-cuerpo y promover el bienestar general.
Gestión médica: La medicación suele ser esencial para controlar el trastorno bipolar. Nuestro centro residencial de tratamiento le da acceso a la mejor atención sanitaria, incluidos psiquiatras que pueden prescribir y controlar medicamentos como estabilizadores del estado de ánimo, antipsicóticos y antidepresivos para garantizar su eficacia y buena tolerancia.
Terapia familiar: Esto significa implicar a los familiares en el proceso de tratamiento para mejorar la comunicación y proporcionar apoyo. Todos nuestros programas de tratamiento incluyen un grupo de apoyo familiar. Cualquier familiar puede asistir, semanalmente en línea, desde el momento en que su ser querido ingresa en la clínica de tratamiento.
Existen varios tipos de trastorno bipolar:
Bipolar 1La manía maníaca es un trastorno mental grave que implica al menos un periodo de manía, que puede incluir psicosis y requerir hospitalización. El periodo maníaco puede preceder o seguir a un episodio depresivo o hipomaníaco, pero no siempre.
Bipolar 2Sin embargo, sigue siendo un trastorno psicológico grave que suele incluir al menos un episodio de depresión y otro de hipomanía. La hipomanía es una forma menos grave de manía que no suele requerir hospitalización.
Ciclotimia, cuando se han producido episodios tanto de hipomanía como de depresión, pero no tan graves como el Bipolar 1 ó 2, aunque puede evolucionar a 1 ó 2 si no se trata.
Bipolar de ciclo rápidoy bipolar con rasgos mixtos o bipolar de patrón estacional, que describen algunas de las diferentes formas en que los trastornos bipolares 1 y 2 pueden afectar a un individuo, en lugar de ser trastornos separados.
También hay strastorno del estado de ánimo inducido por sustanciasque se produce por los efectos fisiológicos de una sustancia, por ejemplo, cocaína, éxtasis o medicamentos recetados.
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