Adicción al sexo
Adicción al sexo
La adicción al sexo, también conocida como trastorno de conducta sexual compulsiva (TCSF), es un trastorno de salud mental caracterizado por una preocupación abrumadora por pensamientos, impulsos y comportamientos sexuales que pueden perturbar la vida cotidiana, las relaciones y el bienestar general.
La Organización Mundial de la Salud reconoce este trastorno como un trastorno del control de los impulsos y lo clasifica como "Trastorno de la conducta sexual compulsiva" en la CIE-11. Comparte similitudes con otros trastornos compulsivos y conductuales y requiere un tratamiento integral para su recuperación. Comparte similitudes con otros trastornos compulsivos y conductuales y requiere un tratamiento integral para su recuperación.
La adicción al sexo es más que un interés intenso por el sexo; es una necesidad compulsiva de realizar actividades sexuales a pesar de las consecuencias negativas. Las personas que la padecen suelen experimentar una preocupación por el sexo: piensan constantemente en él, fantasean o planean actividades sexuales.
Las personas que padecen TDC suelen hacer repetidos intentos, aunque infructuosos, de reducir o controlar sus conductas sexuales. Desgraciadamente, la obsesión suele ir en aumento y cada vez se invierte más tiempo y dinero en actividades sexuales o se buscan experiencias más extremas para lograr la misma satisfacción.
Puede tener un impacto grave, e incluso peligroso, en la vida de una persona, causando problemas de relación, problemas legales, dificultades financieras o riesgos para la salud. Con frecuencia experimentan sentimientos de culpa, vergüenza o desesperación relacionados con sus actividades sexuales, lo que les lleva a la impotencia y la desesperanza.
Esto, a su vez, puede desencadenar o exacerbar trastornos como la ansiedad y la depresión. Además, los afectados recurren regularmente a las sustancias, automedicándose para adormecer los sentimientos de autodesprecio y vergüenza, lo que conduce a problemas de alcoholismo y drogadicción.
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El impacto nocivo de la adicción al sexo/trastorno de conducta sexual compulsiva.
El comportamiento sexual compulsivo puede tener repercusiones de gran alcance en diversos aspectos de la vida de una persona, entre ellos:
- → Relaciones: La adicción al sexo puede provocar infidelidad, desconfianza y distanciamiento emocional en las relaciones íntimas. La pareja se siente traicionada, lo que provoca tensiones importantes o incluso la disolución de la relación.
- → Salud mental: El ciclo constante de participar en comportamientos compulsivos y lidiar con las secuelas puede provocar ansiedad, depresión y baja autoestima, experimentando también a menudo un profundo sentimiento de vergüenza y aislamiento.
- → Salud física: Los comportamientos sexuales de riesgo aumentan la probabilidad de contraer infecciones de transmisión sexual (ITS) y otros problemas de salud. También puede producirse un descuido de la salud y la higiene personales al primar la adicción.
- → Problemas jurídicos y financieros: Algunas personas pueden dedicarse a actividades ilegales, como la prostitución o la indecencia pública, lo que les acarrea repercusiones legales. Además, la carga financiera que supone mantener su adicción puede llevarles a endeudarse o declararse en quiebra.
Síntomas potenciales de la adicción al sexo,
Fantasías y pensamientos sexuales persistentes y obsesivos.
Tiempo excesivo dedicado a actividades sexualmente estimulantes.
Relaciones sexuales incontrolables con múltiples parejas y/o extraños.
Incurrir en conductas sexuales de riesgo o peligrosas.
Consecuencias negativas como resultado (finanzas, relaciones, salud).
Mentiras, secretismo y actitud defensiva sobre la participación en comportamientos sexuales.
Descuido de las responsabilidades debido a la preocupación por la actividad sexual.
Intentos fallidos de limitar, controlar o detener la conducta sexual.
Sentimientos de remordimiento o culpa, tras la actividad sexual
Aumento inusual de la frecuencia o intensidad del comportamiento sexual.
Aumento de los problemas de salud mental, como ansiedad o depresión.
Es fundamental recordar que el gusto por el sexo y las actividades sexualmente estimulantes no convierten a una persona en adicta al sexo, sino que se trata de una actividad normal y saludable que debe disfrutarse. Además, los diferentes niveles de interés sexual en una relación no significan que uno de los miembros de la pareja sea adicto al sexo.
* El diagnóstico de cualquier adicción/trastorno de salud mental requiere un examen exhaustivo por parte de un profesional médico licenciado y plenamente cualificado.
Tratamiento de la adicción al sexo y el trastorno de conducta sexual compulsiva.
Si sientes que tu comportamiento se ha salido de control, si es perjudicial para ti, o perjudica a los que te rodean, es una buena idea pedir ayuda. Si usted o un ser querido está sufriendo debido a problemas de comportamiento sexual compulsivo, el tratamiento de rehabilitación residencial en Ibiza Calm puede ser la solución que necesita para comenzar su viaje hacia la recuperación.
Buscar ayuda puede resultar embarazoso y desmoralizador. Los profesionales cualificados y formados serán discretos y no juzgarán. El tratamiento residencial, también conocido como tratamiento hospitalario, puede proporcionar un entorno estructurado y de apoyo a las personas con problemas relacionados con la adicción al sexo.
Ibiza Calm es una clínica especializada en salud mental y adicciones que ofrece tratamiento a cualquier persona que tenga problemas relacionados con comportamientos compulsivos y adictivos. El objetivo del tratamiento es ayudar a las personas a comprender las causas profundas de su adicción y desarrollar mecanismos de afrontamiento más saludables.
El centro de rehabilitación ofrece un enfoque integral de la recuperación, que incluye terapia y grupos de apoyo. El equipo de Ibiza Calm está formado por profesionales sanitarios experimentados, como médicos, enfermeras y terapeutas, que trabajan juntos para ofrecer el máximo nivel de atención y apoyo a cada paciente.
Síntomas potenciales de la adicción al sexo,
Fantasías y pensamientos sexuales persistentes y obsesivos.
Tiempo excesivo dedicado a actividades sexualmente estimulantes.
Relaciones sexuales incontrolables con múltiples parejas y/o extraños.
Incurrir en conductas sexuales de riesgo o peligrosas.
Consecuencias negativas como resultado (finanzas, relaciones, salud).
Mentiras, secretismo y actitud defensiva sobre la participación en comportamientos sexuales.
Descuido de las responsabilidades debido a la preocupación por la actividad sexual.
Intentos fallidos de limitar, controlar o detener la conducta sexual.
Sentimientos de remordimiento o culpa, tras la actividad sexual
Aumento inusual de la frecuencia o intensidad del comportamiento sexual.
Aumento de los problemas de salud mental, como ansiedad o depresión.
Es fundamental recordar que el gusto por el sexo y las actividades sexualmente estimulantes no convierten a una persona en adicta al sexo, sino que se trata de una actividad normal y saludable que debe disfrutarse. Además, los diferentes niveles de interés sexual en una relación no significan que uno de los miembros de la pareja sea adicto al sexo.
* El diagnóstico de cualquier adicción/trastorno de salud mental requiere un examen exhaustivo por parte de un profesional médico licenciado y plenamente cualificado.
Los componentes clave del tratamiento residencial incluyen:
Evaluación exhaustiva: En el momento del ingreso, se realiza una evaluación física y psicológica exhaustiva para conocer las necesidades específicas de la persona, incluidos los trastornos concurrentes, los antecedentes traumáticos y la salud mental general.
Terapia individual: Las sesiones individuales con un terapeuta licenciado ayudan a las personas a explorar los problemas subyacentes que contribuyen a su trastorno, como traumas pasados, dificultades de regulación emocional o problemas de pareja. Suelen utilizarse la terapia cognitivo-conductual (TCC) y otros enfoques basados en pruebas.
Terapia de grupo: Las sesiones de grupo proporcionan un sentimiento de comunidad y apoyo, permitiendo a las personas compartir experiencias y aprender de otras que se enfrentan a retos similares. Esto puede ayudar a reducir los sentimientos de aislamiento y fomentar un sentido de responsabilidad.
Talleres educativos: Los talleres se centran en temas como la comprensión de los comportamientos adictivos, el desarrollo de relaciones sanas y la adquisición de habilidades para afrontar situaciones difíciles. Estas sesiones dotan a las personas de los conocimientos y herramientas necesarios para una recuperación a largo plazo.
Terapias holísticas: La incorporación de enfoques holísticos, como la atención plena, la meditación, el yoga y la terapia artística, puede mejorar el bienestar general y promover la curación emocional. Estas prácticas ayudan a las personas a desarrollar formas más sanas de gestionar el estrés y las emociones.
Terapia familiar: Implicar a los familiares en el proceso de tratamiento puede ayudar a reparar las relaciones y mejorar la comunicación. La terapia familiar aborda el impacto en los seres queridos y enseña pautas de interacción más sanas.
Planificación de la asistencia posterior: Prepararse para la vida después del tratamiento residencial es crucial para una recuperación sostenida. Un plan integral de cuidados posteriores incluye terapia continua, participación en grupos de apoyo y estrategias para controlar los desencadenantes y prevenir las recaídas.
Causas de la adicción al sexo.
Las causas de la adicción al sexo son polifacéticas y suelen implicar una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales.
Las investigaciones sugieren que uno o más de los siguientes factores pueden contribuir al desarrollo de esta afección:
- Niveles elevados o desequilibrio de sustancias químicas cerebrales como la serotonina y la dopamina.
- Cambios en los circuitos o vías neuronales del cerebro.
- Enfermedades que afectan al cerebro, como Parkinson, demencia y epilepsia.
- Antecedentes familiares de adicción.
- Experiencia previa de abuso: abuso físico, sexual o emocional.
- Una respuesta al trauma o al estrés extremo.
La adicción al sexo es más común en hombres que en mujeres. Por término medio, comienza en torno a los 18 años, y los afectados suelen esperar hasta mediados o finales de la treintena para buscar ayuda profesional. Se sospecha que más del 75% de las personas que presentan adicción al sexo tienen antecedentes de otros trastornos de salud mental, entre ellos:
- Trastornos del estado de ánimo como depresión o bipolaridad.
- Trastornos de ansiedad.
- Ideación suicida o intento de suicidio.
- Trastornos de la personalidad.
- Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).
- Trastorno de estrés postraumático (TEPT).
- Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
- Trastornos por consumo de sustancias.
- Otros trastornos adictivos y del control de los impulsos.
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